Alejo es un nombre propio masculino procedente del griego. Quiere decir «el que rechaza al hombre o al adversario» y «el protector». Actualmente, 3.249 hombres en España reciben este nombre.

San Alejo, mendigo, nació en el siglo IV en Roma. Según la leyenda, provenía de una familia de patricios romanos. Se casó con una mujer que, durante la misma noche de bodas, le convenció para que renunciase a todos sus bienes y dedicara su vida a Dios.

Tras hacerlo, se embarcó hacia Turquía y allí estuvo cerca de 17 años pidiendo limosna. Tuvo una visión de la Virgen María. Volvió a su casa y fue acogido por su familia, aunque sin conocer su identidad.

Enseñó catecismo a los niños y vivió durante otras dos décadas bajo una escalera. Sabiendo que se acercaba su muerte, escribió su historia en papel y explicando las razones que le llevaron a tomar las decisiones que marcaron su vida. Justo antes de morir, su padre pudo extender su mano y leer la carta, en la que constató que aquel hombre era su hijo. La reliquia de su cabeza se venera en el monasterio de Santa Laura del Peloponeso.

Este y otros santos son celebrados durante el 17 de julio:

San Fredegando

San Jacinto de Amastris

San Colmano de Irlanda

Santa Eduvigis de Polonia

San León IV papa

Santa Marcelina de Milán

San Ennodio

San Kenelmo

San Pedro Liu Ziyu

San Teodosio de Auxerre