Álvaro es un nombre masculino de raíz germánica, que significa ‘el que duerme’. Actualmente, hombres en España reciben este nombre y celebran su santo gracias al Beato Álvaro de Córdoba.
Nació en Zamora en el año 1350. Fue confesor de la reina Catalina de Lancaster y del futuro Juan II de Castilla. En una peregrinación a Tierra Santa quedó impactado por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por Jesucristo, y fundó en las afueras de Córdoba el famoso y observante Convento de Scala Coeli donde había varios oratorios que reproducían la “vía dolorosa”, por él venerada en Jerusalén.
Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos, que originó la devoción a la «via dolorosa» o Via Crucis en España que después fueron imitadas por toda la cristiandad. Ardiente predicador y elocuente teólogo, fue nombrado por el Papa Martín V superior de los conventos reformados de España de la Orden de Predicadores.
Su sepulcro está en el Santuario de Santo Domingo de Escalaceli (o Scala Coeli), situado a unos 10 kilómetros de Córdoba, accediéndose a él por la carretera de Santo Domingo. Su culto fue autorizado por Benedicto XIV el 22 de septiembre de 1741. Las cofradías cordobesas tienen al Beato Álvaro como Patrono.
Este y otros santos son celebrados durante el 19 de febrero:
San Barbado
San Jorge de Vabres
Santa Lucía Yi Zhenmei
San Beato de Liébana
San Bonifacio de Lausana
San Mansueto de Milán
San Proclo
San Quodvuldeo