Antonio es un nombre masculino de origen griego. Su significado es ‘aquel que se enfrenta a sus adversarios‘ o ‘valiente‘. Hoy, en España, 3.615 hombres celebran su santo gracias a San Antonio María Claret. 

El 23 de diciembre de 1807 nace en Sallent (Barcelona) Antonio María Claret. A lo largod de su juventud vive un proceso personal que reproduce, en parte, los complicados avatares de su tiempo. Trabaja como obrero en el taller textil de su padre y, más tarde, como estudiante perito en Barcelona, una vez ha concluido sus estudios.

En estos años, Antonio siente simultáneamente la atracción del progreso y la llamada del evangelio. A los 21 cree ver su camino en la Cartuja, pero los acontecimientos lo orientan hacia el seminario de Vic. El 13 de junio de 1835 es ordenado sacerdote y cumple así su deseo presentido desde niño, cuando deseaba entregar su vida para la salvación de los pecadores.

Siempre desde su celo apostólico intenso y desde la pobreza, desde este momento se dedica -a diferencia del clero de su tiempo- al anuncio de la Palabra. A partir de 1851 y hasta 1857 desarrolla en la isla una incansable acción pastoral.

Posteriormente, la Reina Isabel II lo nombra su confesor. En Madrid compagina los deberes de su cargo con un apostolado intenso, a través, sobre todo, de la predicación y la prensa. Perseguido y calumniado por los que veían en él un intrigante político, se le niega el ingreso en España cuando regresaba del Concilio y muere en el monasterio cisterciense de Fontfroide (Francia) el 24 de octubre de 1870. Pío XII lo declara santo el 7 de mayo de 1950.

Por su profundo sentido eclesial y su celo misionero, por su filial amor a María y a la Eucaristía, por su intuición para descubrir lo más urgente, oportuno y eficaz en la tarea evangelizadora, Claret representa un estímulo para todos los que han recibido el encargo de anunciar el evangelio.

Claret fue un misionero apostólico a lo largo de toda su vida. Su proyecto fue el de anunciar el Evangelio poniéndose al servicio de la Iglesia Universal. Dicho proyecto le llevó a dar protagonismo a los seglares y a fundar instituciones que han continuado su espíritu en el tiempo. Cuatro constituyen la Familia Claretiana, dos cuajaron durante la vida del santo y otras dos después de muerto. 

Este y otros santos son celebrados durante el 24 de octubre:

San Martín de Vertou

San Proclo de Constantinopla

San Senoco de Tours

Beato José Baldo

Beato Luis Guanella

San Aretas y compañeros

San Evergislo de Tongres

San Fromundo de Coutances

San José Baldo

San José Le Dang Thi

San Maglorio de Dol